El coronavirus ha entrado en nuestra sociedad y ello está provocando unas circunstancias extraordinarias: acostumbrados a tener libertad de movimientos, nos vemos en la obligada situación de realizar teletrabajo y quedarnos en casa las 24 horas del día. Pasadas ya las primeras reacciones de incredulidad, negación de la situación, rechazo, etc., actualmente estamos comprendiendo y aceptando la realidad existente: la realidad es la que es y no la podemos cambiar. Luchar contra ella no es la solución. Aceptarla y seguir las recomendaciones si lo es.
Desde este blog me gustaría aportarte algunas recomendaciones para que te resulte más fácil sobrellevar esta atípica situación.
La situación depende de todos nosotros
En estos momentos es clave la solidaridad y la responsabilidad de todos. Entender que estamos interconectados y que lo que le pasa a uno influye en el otro es esencial. Si, además, tenemos la certeza de que estamos haciendo lo correcto y no dudamos en nuestro pensamiento y acción, eso nos va a ayudar a nosotros mismos y a nuestro entorno porque aporta seguridad y firmeza.
Infórmate correctamente
En la sociedad occidental actual estamos sobreexpuestos a la información. Con las redes sociales accedemos muy fácilmente a todo tipo de información y no toda ella es correcta. Todos estamos recibiendo WhatsApp de qué hacer y qué no hacer, de que está ocurriendo en otros lugares de nuestro país o del planeta, unos dicen unas cosas, otros dicen otras. Todo ello genera incertidumbre y nos hace dudar sobre lo que es correcto hacer y lo que no. Para ello, te sugerimos unas recomendaciones:
- Evita la sobreinformación: selecciona bien las fuentes de información. Escoge pocas fuentes y que sean fiables. En las redes sociales circula mucha información que no está contrastada y es falsa.
- Evita estar hablando todo el día del tema: por higiene mental no es sano estar siempre pensando en lo mismo. La vida continúa y el tiempo pasa. Si hay niños en casa, es bueno informarles según su nivel cognitivo y atendiendo siempre a sus preguntas, sin mentirles.
- Evita los rumores: cuanto más hablamos de algo, más fácil es caer en el rumor y en las noticias que no son ciertas. Todo ello nos genera miedo y nos lleva a dudar de nuestro comportamiento.
Organización y planificación
La manera de vivir estos primeros días de confinamiento en nuestros hogares seguro que ha sido muy diferente de unas personas a otras: en función de nuestra personalidad, del lugar dónde vivimos, de nuestras costumbres anteriores, de si vivimos solos o con nuestra familia, si en la unidad familiar hay niños o no, etc. En cualquier caso, y tras estos primeros días nos habremos dado cuenta que se ha producido un cambio drástico en la vida de todos: convivimos juntos el 100% del día con escasa posibilidad de salir, movernos físicamente y realizar una sana ventilación emocional. Esto puede conllevar, entre otras cosas, un desorden físico y emocional.

Nuestra vida ha cambiado drásticamente y necesitamos adaptarnos a la nueva situación. Muchos ya lo habréis hecho y otros muchos estáis ahora saliendo de esa situación de cambios de horarios, todo el día pendiente del móvil con la consiguiente pérdida de tiempo, etc.
Es el momento de incorporar la organización y la planificación en nuestro entorno, sin dejarlo a la improvisación.
- Lleva una agenda: escribe las actividades que vas a realizar cada día y a qué hora. No solo las relacionadas con tu trabajo. Es muy importante que también lo hagas con tus propias actividades personales y las de tu entorno.
- Incluye a toda la familia en la planificación: promueve una relación de calidad. Estamos habituados a estar fuera de casa trabajando una parte muy importante del día. Ahora tenemos la ocasión de llevarnos el trabajo a casa. Por ello es muy importante asignar el mismo horario al teletrabajo y el resto del día tener la oportunidad de disfrutar de nuestro entorno familiar y social. Para ello, permite que todos, y aun más si hay niños en la casa, colaboren en las actividades que se realizan en la casa (tanto domésticas como de ocio).
- Respeta espacios, tiempos y necesidades individuales: esto es aún más esencial si vives en un piso. Evitarás que surjan los roces propios de la convivencia.
Promueve el contacto
Es una realidad que siendo mediterráneos nos encanta socializar e irnos a tomar unas cañas. También lo es que estamos en un momento de transformación de esas costumbres. Podemos aprovechar las redes sociales para promover y aumentar el contacto con nuestros seres queridos. Y no me refiero a enviar miles de WhatsApp sobre el coronavirus. Es el momento de volver a las llamadas de teléfono, de utilizar las vídeollamadas para que al menos puedas ver a amigos y familiares y saber mutuamente que están bien y transmitir calma y tranquilidad.

Aprende de la situación
La vida nos pone muchas veces en situaciones límite y cuando esta situación finalice –porque todo es impermanente- espero que tu vida no continué como si nada. Estamos en un momento de una gran transformación personal y social. Aquí te dejo algunas breves reflexiones.
- Es más importante la calidad que la cantidad: estamos acostumbrados a hacer muchas actividades fuera de casa al cabo del día e ir corriendo de un sitio a otro. No tenemos tiempo ni para nosotros ni para los demás y, por tanto, ni nos escuchamos a nosotros mismos ni a las personas que nos rodean. Al estar en casa obligatoriamente nuestras actividades fuera de casa se han eliminado y ello está provocando que hagamos menos cosas, con más calidad, más lentamente e integrando a la unidad familiar: más creatividad, más deporte, menos actividades individuales,… ¿Eres capaz de incorporar actividades de calidad en tu vida?
- Pasa del Hacer al Ser: la situación anterior nos puede llevar irremediablemente a ir más lentos, a poner atención plena a todo lo que hacemos y a ser más conscientes de lo que nos está ocurriendo. Te podrás dar cuenta que lo esencial en la vida no es hacer muchas cosas y si estar presente en lo que haces tú y tu entorno. ¿Tú estás presente en tu vida?
- Modifica tu manera de relacionarte: estas cambiando cómo te relacionas con los demás. Es verdad que ahora se han limitado drásticamente los abrazos y los besos. Los seres humanos empezamos a valorar lo que teníamos cuando lo hemos perdido. Ahora hemos reducido la expresión física de nuestro cariño y es el momento de que te des cuenta lo bonito que es decir y escuchar un “te quiero” de un ser querido. Por otro lado, y cuando esta situación finalice, sabrás poner en valor aún más de lo esencial que es dar un abrazo de corazón a una persona a la que quieres. ¿Cuántas veces al cabo del día expresas tu afectividad?
- Presta atención a tus emociones: las prisas no son buenas. Nos impiden tener relaciones de calidad, nos evitan estar en el Ser y, entre otras cosas, nos impiden entrar en contacto con nuestros pensamientos, sensaciones corporales y emociones. Es tiempo de cambiarlo. ¿Eres consciente del fluir de tus pensamientos y el estado de ánimo que estos generan a cada momento?
- Pide ayuda: lo anterior conlleva que estemos más en contacto con nuestras necesidades. Es tiempo para cambiar el “no necesito pedir ayuda”, “el otro nunca me ayuda” por una expresión sana de nuestras necesidades desde la empatía y el amor.
- Cambia la queja por el agradecimiento: si eres de esas personas que todo lo ven de color gris o negro es tiempo de cambiar. Te propongo un juego: invéntate un gesto (por ejemplo, tocarse la nariz) cada vez que detectes en ti una queja ¿Cuántas veces al día te quejas de algo?, ¿Y cuántas veces dices gracias?
Deseo que estas reflexiones te sirvan para que tu tiempo de confinamiento en casa se convierta en un tiempo de calidad y que, una vez finalizado todo y vuelvas a tu normalidad, ésta sea muy diferente a lo que tenías anteriormente.
Y tu… ¿Cómo estás sobrellevando la cuarentena? Si te apetece compartirlo hemos habilitado la sección de comentarios