¿Cuáles son las características y los síntomas del estrés?
Nuestro cuerpo, ante cualquier amenaza reaccionará, se pondrá alerta y lo hará de la siguiente forma:
- Sistema nervioso: se liberan catecolaminas y hormonas que desencadenan respuestas emocionales y físicas. La primera, al ser consideraba como experiencias, provocará que el organismo reacciones de idéntica manera ante dos estímulos parecidos y separados en el tiempo, y que el sujeto esté alerta.
- Aparato circulatorio y respiratorio: Se produce un aumento inmediato de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, distribuyéndose la sangre donde hará más falta: en el cerebro, en los pulmones y en los músculos. Nuestra respiración también se hace más rápida.
- Sistema inmunitario: Con el fin de evitar lesiones e infecciones, los glóbulos blancos se dirigen a la piel (de ahí la tez pálida), la médula ósea y los ganglios linfáticos.
- Piel y mucosas: Enfriamiento de la piel porque la sangre se desvía a otros lugares del cuerpo más necesarios. El cuero cabelludo se tensa, lo que vulgarmente se dice “tener los pelos de punta” y la boca se queda seca y tenemos dificultades para tragar.
- Aparato digestivo: no son importantes en momentos de estrés y se paralizan sus funciones. Nos quedamos sin hambre. Cuando el estrés finaliza y el peligro pasa, puede suceder lo contrario, que devoramos.
Síntomas psicológicos
Cuando el estrés deja de ser puntual para convertirse en crónico, surgen otros problemas físicos, además de psicológicos. Entre estos últimos, indicar que disminuye la calidad de vida debido al surgimiento de trastornos emocionales que, además influyen en nuestras relaciones sociales, llegando a la depresión y la ansiedad.
Las reacciones típicas de la gente aquejada de estrés crónico es el ser muy emocionales, irritables, ansiosos, tensos, son bruscos y hostiles, y acaban deteriorándose sus relaciones interpersonales.
Síntomas físicos
Entre los síntomas físicos, destacar:
- Corazón: el estrés es riesgo de infarto de miocardio, incluso, de fallecimiento.
- Problemas circulatorios: debido a que la sangre espesa, se liberan grasas y aparece el colesterol, en los hombres o problemas hormonales, en las mujeres. Niveles altos de presión arterial, aterosclerosis, engrosamiento de las arterias carotídeas lo que provoca accidentes cerebrovasculares.
- Tendencia a enfermar: El estrés bueno activa el sistema inmunitario, y el efecto es el contrario cuando el estrés es crónico porque los glóbulos blancos –las defensas del organismo- se reducen y se enferma con más rapidez. Aumentan las infecciones e, incluso, se piensa que los tumores.
- Problemas digestivos: acidez, diarreas, cólicos, úlcera, colon irritable etc.
- Peso: se ve alterado. Dependiendo de las personas, unas adelgazarán y otras engordarán por el aumento de la ingesta de alimentos.
- Diabetes: el estrés provoca resistencia a la insulina.
- Dolores musculares: cefaleas tensionales, la artritis se agrava, contracturas musculares, migrañas, dolores de espalda y cervicales.
- Sueño: se producen trastornos, como el insomnio.
- Disfunción sexual: inapetencia sexual e incapacidad de llegar al orgasmo, irregularidades menstruales y pérdida de la menstruación.
- Fetos: afecta al feto – bajo peso al nacer- y al parto.
- Memoria, concentración y aprendizaje: El estrés crónico es negativo para la concentración y el aprendizaje.
- Piel: aparece acné, psoriasis y eccemas. Se vuelve más seca y sin brillos. Aumenta la pérdida de cuero cabelludo.
En nuestro próximo post seguiremos avanzando en este tema y aprenderás a manejar tu estrés.