Los alimentos industriales

Obesidad y cáncer van de la mano. La industrialización tiene sus cosas buenas, aunque otras muchas no tanto y, en ellas, el impacto que tiene en la alimentación. Vivimos rodeados de comida congelada, bebidas gaseosas, tentempiés, golosinas,… Es decir, de grasas, azúcar, sal y aditivos diversos.  Todo ello representa más del 75% de las ventas de alimentos a escala mundial.

Diversos estudios han demostrado que estos alimentos industriales ricos en azúcar y grasa activa las regiones cerebrales implicadas en el circuito de la recompensa y causantes de la sensación de placer y, por tanto, estimuladores del consumo masivo.

Un consumo excesivo de azúcar es nefasto para la salud porque provoca una sobrecarga de los mecanismos que sirven para mantener las concentraciones de glucosa y de fructosa a niveles compatibles con el buen funcionamiento del organismo.

Así, una cantidad de glucosa que exceda las necesidades energéticas se convierte en grasa y se acumula en el tejido adiposo, aumentando la masa corporal.

postres

Los refrescos, con o sin azúcar, reducen la esperanza de vida

Un simple refresco, bebida energética, agua vitaminada o zumo puede contener más de 40 gramos de azúcar por envase, representando un 15% del aporte calórico por día; altera la función hepática, provocando enfermedades cardiovasculares y, por último, recordar que las células cancerosas de nuestro cuerpo se alimentan de fructosa.

Por tanto, si deseas calmar la sed, bebe agua y no bebidas gaseosas y con azúcar porque las células cancerosas se alimentan de azúcar

Obesidad y cáncer

El bajo coste y la gran disponibilidad de los productos industriales hipercalóricos han provocado un aumento de la obesidad preocupante en todas las clases sociales y con ella, el aumento de diversas enfermedades asociadas al sobrepeso.

Nuestro índice de masa corporal deberías estar entre 21 y 23.  El IMC se calcula con la ecuación peso en kg/(talla en m)2

Diversos estudios indican que el sobrepeso representa también un factor importante de riesgo de cáncer de esófago, endometrio, colon, mama y riñón. Se debe a que con la multiplicación de moléculas inflamatorias que se producen con el exceso de grasa se generan unas condiciones muy favorables para la mutación de células cancerosas.

Cuanto más es el excedente de grasa, más se favorece la progresión de células cancerosas. Por tanto, la creencia existente de  “obeso y sano” podemos ir desterrándola porque las personas con sobrepeso tienen más riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer que las personas con peso normal (IMC entre 21 y 23).

Conclusión

En definitiva, todos los alimentos poco costosos cargados de azúcar y grasa son la causa del alto índice de obesidad en nuestro planeta, y ésta provocan trastornos metabólicos e inflamación crónica generadoras de las condiciones idóneas para la aparición de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer.

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