Yo gano – tu ganas es la mejor forma que existe para resolver un conflicto, un malentendido, un incidente o una crisis. Cuando adoptáis esta postura deseáis que tanto vosotros como vuestro contrincante, compañero, etc también obtenga un beneficio y podáis llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Para ello, además, sólo necesitareis hacer uso de herramientas como la empatía, la asertividad, la escucha activa, la cooperación, el deseo de resolver el conflicto y la negociación.
En el post de hoy hacemos uso de una historia para reflexionar y profundizar un poco más en el autoconocimiento y en la manera que tenéis cada uno de vosotros de resolver los conflictos de vuestra vida.
El caballo y el asno: ¿estamos ante un yo gano – tu ganas?
Un hombre había emprendido un largo viaje en compañía de su caballo y de su asno. Mientras el caballo avanzaba ligero con el amo a cuestas, el asno apenas podía seguirlos el paso porque le había tocado llevar toda la carga sobre su lomo. El pobre animal aguantó sin quejarse más de la mitad del camino, por pedregales y zonas desérticas y bajo un sol de justicia. Sin embargo, hubo un momento en el que las fuerzas le fallaron y no pudo más.
El asno se paró y le suplico al caballo “Amigo, ayúdame. Por lo que más quieras, lleva tu una parte de esta pesada carga”. Pero el soberbio equino ni se dignó a escuchar a su compañero de viaje y siguió adelante como si nada. Unos metros más allá, el asno cayó al suelo extenuado, casi sin respiración, y falleció a los pocos segundos.
El dueño, enojado por aquel contratiempo, puso toda la carga sobre el caballo incluida la piel del asno, que desolló allí mismo, y montó para continuar su viaje. El caballo lleno de rabia, comentó: “¡Que mala suerte tengo! Por no querer ayudar a mi amigo el asno ahora me toca llevar toda la carga a mí solo.”
Siempre hay que tender la mano a quienes piden ayuda. De no ser así, el problema puede acabar siendo nuestro.
Reflexiones personales:
- ¿Qué habrías hecho tú?
- ¿Sabes pedir ayuda?
- Si has respondido NO a la primera pregunta, ¿Por qué crees que no pides ayuda?
- Por el contrario, ¿Estás acostumbrado a que los otros “carguen” con tus cosas?
- ¿Eres de los que piensan que los problemas de los otros son sus problemas?
- ¿Qué haces tú cuando tienes un problema?
- ¿Y cuando el problema lo tiene alguien de tu entorno?
- ¿Qué hacen tus familiares y amigos ante un problema tuyo?